martes, 10 de febrero de 2009

El cansancio

Hoy vamos a fijarnos en unas cuantas expresiones referidas al cansancio. Me sorprende un poco que haya tantas en español de hecho que los españoles no parecen estar muy preocupados
o deprimidos. Eso le toca a cada cual, ya lo sé.
Estar por los suelos --> la podemos asociar con el estado ya muy extremo- ni nos podemos mover. Entramos en casa y nos quedamos en un sitio donde habíamos puesto el primer paso. Pero la entrada estar por nos indica una acción todavía no llevada a cabo, no realizada. Como si estuviera a punto de concluirse. Por eso somos capaces de cerrar la puerta, quitarse la ropa
exteriora, dar algunos pasos antes de echarse a la cama o lo que sea. Recordad: no estamos en apuros, todavía nos queda tiempo para agotarse.
Estar agotado --> así podemos decir referiéndose a las pilas de las que ya no hay más uso, que la única cosa a que nos podrían servir es tirarlas a la basura. Diciendo eso queremos expresar que no somos capaces de hacer ninguna cosa más, nuestras pilas han dejado de funcionar y sólo un reposo podría recuperar su estado normal.
Estar hecho un trapo- os imaginéis un trapo de cocina- al principio- limpio, seco, dispuesto
a ser usado: a quitar el polvo, a secar una superficie. Para hacer esas actividades no puede perder sus cualidades. Usado unos cuantos dias se convierte en un bulto completamente mojado, sucio y apestoso y no parecido al objeto hace poco sacado del cajón. No cumple su papel. Lo mismo pasa con nosotros. Estamos hechos un trapo cuando no servimos para nada. Una
situación: alguien nos propone una cita: A: por que no nos vamos al cine juntos? B: Mira, no hoy, no tengo fuerza para nada, he hecho un montón de cosas. Estoy hecho un trapo.
Estar hecho polvo- cuando se aprieta algo de sus dos lados: de arriba y de abajo con bastante fuerza o estalla en el caso del balón, o se rompe en el caso de un palo, o se demenuza en cuanto
a una galleta. En la galleta quiero fijarme. Ya no es galleta-galleta. Claro, no ha perdido nada, ni sabor ni color, pero seguro no nos gustaría comerla tanto como si no se hubiera deshecho. Lo mismo se refiere al hombre. Si está hecho polvo no tiene tanta energía para hacer cosas que cuando esté relajado. Qué suerte que el hombre puede recuperar su fuerza y volver a su estado normal. La galleta no. Pobrecita;)

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